Análisis sobre el gran éxito de las Pompeii y su estrategia
La gran historia que hoy os queremos presentar empieza con la amistad de cuatro grandes amigos, Jaime Garrastazu, Los hermanos Jorge y Nacho Vidri y Cosme Bergareche. Está idea de comenzar lo que hoy es Pompeii, les apareció en la Universidad, por diversos factores, necesitaban una nueva motivación que la universidad no cumplía. Comenzó el proyecto. Este proyecto se caracteriza principalmente por que lo que hacen, en lo que trabajan, les gusta a los cuatro. En concreto el mundo de la moda. Una vez que sabían sobre qué ámbito les gustaría comenzar a crear, la moda, comenzaron a especializarse, más concretamente, en el calzado porque ellos lo consideraron como el elemento más diferencial en la moda. Ninguno de ellos realmente sabía cómo o dónde hacer zapatillas, eran una mera Start Up, les quedaba mucho trabajo entonces buscaron en Google “dónde se hacen zapatillas” y desde Google, el resultado más repetido fue: donde se trabaja el mejor material es en Elche. Escribieron y llamaron hasta a ocho diferentes fabricantes, empezaron a recoger información y tips, y comenzaron a aprender diferentes términos que son necesarios para la producción de calzado.
Su idea principal para crear la marca era definir un proyecto que les ilusione. Buscaban hacer una zapatilla para utilizar diariamente, cómoda y que tuviera un gran diseño, eso sí, que fuese lo suficientemente sencilla para no tener que pensar en qué zapatos ponerte.
Hablando de dinero y de finanzas, al principio, los cinco socios de inicio, reunieron casi 18.000 €. Con este dinero se reunieron con los 8 fabricantes para ver cuál de ellos era el que más le convenía, pero se les pasó por alto que más del 50% de la inversión se fue en inmovilizado material, es decir, en un zapato, lo que es la horma y el molde, que da una forma de metal a una zapatilla para poder producirla. Con el dinero restante, hicieron alrededor de 350 zapatillas. Después de la fabricación de las zapatillas, y tras este gasto muy importante, y sin más inversión, se quedaron en números nulos y no les quedaba nada en caja para invertir en marketing y publicidad, algo que es muy importante en este tipo de empresas o en asesoramiento.
Durante el mes de fabricación, comenzaron a llegar las primeras muestras de la fábrica, con estas, se comenzó a hacer publicidad por sus redes sociales subiendo fotos de las diferentes partes que tenían las zapatillas como de los cordones, las suelas y algunos detalles que a simple vista al cliente se le podía escapar. Comenzó la campaña de Marketing. Comenzaron a vender sus zapatillas en pop-up store, ya que no tenían los conocimientos suficientes para crear una página web, este tipo de ventas se realizan en tiendas físicas donde tú puedes vender tu producto, anunciándolo por las Social Media indicando en que ciudad iban a estar disponible tú producto.
Quizás no les salía tan rentable y con la ayuda de un amigo y unos 300 € crearon la primera página web. Al principio en esta página web querían seguir con el mismo formato que con las ventas físicas, es decir, que abrían la página solo unas tres veces al mes. En el primer día de apertura de la página vendieron tres veces más que en cualquier pop-up física. Al ya haber vendido sus productos de forma física ya tenían esa confianza para poder hacer este cambio a la venta online.
En su segundo año contrataron muchos perfiles técnicos y empezaron a invertir en publicidad pagada. Aquí cometieron uno de sus errores más grandes, se fijaron más en los canales que en su propio contenido, dejaron a un lado lo que estaban creando, se dieron cuenta de este fallo y lo solucionaron cortando de raíz la inversión a estos canales, la facturación subió mucho, haciendo cuentas hablan de que el 80-90% del tráfico era orgánico.
Crearon un triángulo de trabajo que para ellos es actualmente aún necesario. Este triángulo es un puente entre las personas que llevan el marketing, las que llevan la creatividad y las que llevan lo digital (MCD). Empezaron a trabajar con agencias de publicidad para entender cómo era el perfil del creativo y lo que les entraba a la gente por los ojos, e incorporaron a una persona del perfil creativo en su compañía, eso supuso crear un contenido que marque realmente las diferencias entre los distintos competidores a sabiendas de previamente, haber explicado la persona que se ocupa del ámbito digital de la empresa, que siempre iban a intentar en optimizar cada euro y cada inversión que trabajas en este contenido.
Se espera que esta marca continúe creciendo como ya lo está haciendo ya no solo entre los consumidores nacionales sino también, internacionales. Los productos que ofrecen pueden atraer a un tipo de persona que se encuentra tanto en Madrid, Nueva York, París, Milán o Berlín. Por tanto, es un desarrollo natural, desde su inicio, para que Pompeii se convierta finalmente, en una etiqueta de estilo de vida, más que en una simple marca de zapatos. Este viaje comenzó diversificándose en ropa y accesorios para complementar el look del caminante urbano. Ahora mismo hacen hasta camisetas, la diversificación ha sido completa. Pero, sobre todo, se puede ver a Pompeii hoy por hoy, como una marca para España y para el mundo. La volveremos a analizar, quizás, en un tiempo.
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